Estudiante con sordera se abre camino hacia la Terapia Ocupacional en Puerto Montt

18 Noviembre 2018

Experiencia particular la de esta puertomontina que ha sabido demostrar que las barreras físicas, muchas veces, pueden verse potenciadas gracias a un ambiente tolerante, empático y de sumo respeto. Conoce su historia acá.

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La puertomotina Camila Ruiz Paillán, llegó a la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt el año 2017 luego de egresar de cuarto medio del Instituto del Pacífico, con el objetivo de estudiar la carrera de sus sueños, Terapia Ocupacional, que se abrió ese año y de paso ser la primera estudiante sorda del Área Ciencias de la Salud de la sede.

Camila llegó a un mundo de profesores y estudiantes “oyentes”, pero eso no la intimidó, pues ya había vivido esa experiencia en su liceo y además sabía que en la UACh había estudiantes sordos en otras carreras y un Programa de Inclusión en Educación Superior (PIES UACh), eso le dio seguridad para dar el paso hacia la Universidad.

La experiencia inicial en la educación de Camila fue muy buena, según reconoce, en la en la Escuela Especial de Audición y Lenguaje "Joaquín de los Andes" en Puerto Montt, a los 3 años y permaneció allí hasta 8° básico. “Mi experiencia fue muy agradable, porque muchos compañeros eran sordos, los profesores también sabían lengua de señas, todo estaba adaptado para nosotros, podíamos compartir”, expresó la joven.

Ya en la Universidad todo fue distinto, pese a llegar a una carrera donde nadie sabía lengua de señas, “la primera vez que llegué para mí fue una sorpresa, ser la única estudiante sorda en el área de la salud. La relación con mis compañeras de Terapia Ocupacional me sorprendió para bien, junto con la de mis profesores. Mis compañeros se han esforzado por aprender lengua de señas, yo les enseñé, les hicimos un taller.”

La inclusión a través del PIES UACh y la actitud de la comunidad universitaria en pro de la inclusión de las personas sordas, le gusta, dice sentirse más segura. “Un sordo necesita apoyo, bastante apoyo, entonces mi familia se ha esforzado bastante me han apoyado. Las personas sordas necesitan atreverse a ir a la Universidad.”

Experiencia particular la de esta puertomontina que ha sabido demostrar que las barreras físicas, muchas veces, pueden verse potenciadas gracias a un ambiente tolerante, empático y de sumo respeto.